Exposición – ‘Una mirada a escena’

‘Dijo el fotógrafo Sam Abell que, fundamentalmente, la fotografía es la vida iluminada. Y como todo el mundo sabe, la vida se representa de dos maneras, dentro o fuera de un escenario. Así pues, se puede decir sin temor a exagerar que sobre los diversos escenarios que acoge Rambleta la vida se representa una y otra vez a por medio del teatro, la danza, la música o la performance. Expresiones de vida que contienen matices efímeros, únicos, que no se repetirán cuando la función vuelva a representarse unas horas, unos días después. Son esos instantes, casi siempre invisibles para el ojo, lo que busca atrapar una y otra vez la cámara de Alejandro Amat. Fotógrafo profesional de formación autodidacta, Amat lleva un par de años ejerciendo como testigo silencioso de esa cadena de prodigios que tienen lugar en los espacios escénicos de Rambleta. Un ejercicio que funciona como memoria visual de la rica programación del centro, pero que, al igual que los espectáculos en los que se sustenta, va mucho más allá del mero documento testimonial.

Dijo el fotógrafo Alfred Steglitz que en la fotografía hay una realidad tan sutil que se vuelve más real que la realidad. Esa misma idea emerge de la colección de fotos de Amat, en las cuales el gesto, la emoción, el momento fugaz e irrepetible son lo que más importa. Las expresiones de emoción cuando la actriz o la cantante interpretan. La fuerza del gesto atrapada con paciencia e instinto. La cámara de Amat es una vigilante silenciosa que aguarda a que surjan los chispazos de talento, el éxtasis del momento. Las emociones que surgen de los cuerpos o que la cámara crea al jugar con las luces y las sombras, los encuadres, los planos. La búsqueda del instante irrepetible que en unas décimas de segundo concentra tanta verdad como cualquier momento de la vida fuera del escenario.

Esta selección de imágenes tomadas en obras de teatro, conciertos, obras musicales, performances y espectáculos de danza no solamente recoge instantes de actuaciones inolvidables. Sobre todo, capta segundos mágicos que tuvieron lugar sobre un escenario y que, sin embargo, no son más que briznas de vida, poderosas e insignificantes a la vez. Vida iluminada que nos obliga a mirar para descubrir emociones que de otra manera jamás habríamos percibido y que, sin embargo, nos definen mejor que cualquier otra cosa. Y todo eso está aquí, gritando sin hacer ruido, atrapado en las fotos de Alejandro Amat’.

Autor del texto: Rafa Cervera