Rambleta acoge la divertida comedia de Oscar Wilde, ‘La importancia de llamarse Ernesto’
Uno de los retratos más ácidos sobre la hipocresía social, dirigido por David Selvas y protagonizado por Pablo Rivero, Silvia Marsó, Ferran Vilajosana, Paula Jornet, Gemma Brió, Albert Triola y Júlia Molins
València, 23 de abril. – Dice Paco Nieva que ‘La importancia de llamarse Ernesto’ es “un perfecto sueño de teatro, una comedia despiadada y excéntrica, perfecta, bella y onírica como la vida de una rosa en las extrañas paredes de un jardín vertical”. Y es que Oscar Wilde escribió uno de los retratos más ácidos y divertidos que nunca se han hecho sobre la hipocresía social.
De forma premonitoria, ya que solo tres meses después de haber estrenado esta comedia fue acusado de indecencia por su vida privada y condenado a dos años de prisión, esta deliciosa obra maestra denuncia la hipocresía social a través de líos amorosos de dos jóvenes británicos y sus secretas dobles vidas.
El escritor, anticipando algunas de las principales vanguardias del siglo XX, ya había denunciado la hipocresía de una sociedad cada vez más conservadora y controladora sobre la intimidad de sus ciudadanos. Su detención y condena fueron un golpe duro del que nunca se reharía, arruinando su gloriosa trayectoria.
El próximo 4 de mayo, Rambleta subirá a las tablas esta brillante y divertida comedia con toda la sátira independiente y libre de Oscar Wilde, un clásico que no ha perdido el aroma de modernidad. La obra la dirige David Selvas, que cuenta con un formidable reparto compuesto por Pablo Rivero, Silvia Marsó, Ferran Vilajosana, Paula Jornet, Gemma Brió, Albert Triola y Júlia Molins.
Wilde escribió “un guiño perfecto lleno de sabiduría dramatúrgica y de inteligencia vital”, señala David Selvas. Consigue que la verdad explote en la cara de los espectadores, que se sienten constantemente interpelados. ¿Dónde están los límites de cada uno de nosotros? ¿Por qué nos autocensuramos? ¿Cómo podemos llegar a ser, con plenitud, nosotros mismos?
El autor transita una gran cantidad de territorios por donde se pasean sus personajes: el amor, el deseo, los orígenes, el compromiso, la hipocresía, la identidad y, sobre todo, la libertad, la suya tan estimada libertad, para poder ser quien era, y que lo llevó a la prisión.
“Aunque quizás cueste verlo, puesto que nos encontramos ante una comedia luminosa, dentro de La importancia… hay también una fuerte pulsión de muerte. Como toda obra de arte que nos resuena más de cien años después de su creación, lo que nos explica Wilde acerca de cómo vivir, está profundamente ligado al hecho de que esto de existir (que sepamos nosotros) solo pasa una vez y que nuestra «estancia» en este mundo solo tiene sentido si llegamos a ser libres”, apunta el director.